Cuando ves a un niño crecer, si lo analizas, al tiempo te entran recuerdos de sus primeros llantos, de sus primeros pasos, de la primera vez que empezó a andar, de las veces que venía con alguna herida causada por una caída, de su regreso del colegio, de su primer examen, etc... Todo esto te hace ver la evolución que una persona tiene desde su niñez, hasta que consigue su trabajo, o forma una familia. Con el arte ocurre lo mismo.
Tengo el placer de conocer a Miguel desde hace ya unos 6 años, y he podido ver la evolución que ha tenido en su obra. Cuando lo conocí, ya destacaba en el mundo del tatuaje por su persistencia en conseguir en sus trabajos lo más parecido a la realidad. En aquel entonces ya me deslumbraban sus trabajos, los cuales me parecían insuperables, pero nunca más lejos de la realidad, día a día se ha ido superando y cada día nos ha ido sorprendiendo más en su evolución artística. A nivel personal, no tengo ni que decir que tanto Miguel como Verónica son como unos hermanos para mí y unas excelentes personas. A nivel artístico la evolución de Miguel ha sido como la de un niño recién nacido, el cuál ha llegado a ser alguien importante en la vida. El arte que Miguel pone en cada uno de sus trabajos, le ha llevado a ser uno de los mejores tatuadores del mundo y a las pruebas me remito, ya que conseguir los mejores premios en una convención como la de Milán con la creme de la creme en cuanto a tatuadores se refiere, da a entender que ha llegado a un nivel casi insuperable.


Aquí podéis ver a Miguel, junto con un servidor recogiendo el premio al mejor Negro y Gris de la convención, en el tatuaje de mi pierna, con la que Miguel ha dedicado alrededor de unas 35 horas y con el cual como podéis comprender estoy contentísimo.









En esta foto Miguel recoge junto a su hermosa mujer y mi compañera Verónica, el segundo premio a Negro y Gris con el tatuaje de su pierna, en la cuál Miguel ha dedicado un tiempo similar al de la mía.














Aquí podemos ver a Miguel junto a Andrea, un cliente de Italia, recogiendo el tercer premio al Best of Show ( mejor tattoo de la convención) al cual le realizó un coche de época con unas palmeras de fondo representando los Angeles. En este trabajo dedicó unas 8 horas y el resultado como no, impresionante.

Después de esta bonita experiencia puedo decir que para mí, Miguel Angel Bohigues es el mejor tatuador del planeta, y es que viendo los trabajos que hace, en su estilo es casi insuperable. Dani Brazal.

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