Después de llevar en su brazo la bonita escultura de Perseo, Ismael ha vuelto al estudio para realizarse esta bonita escultura de un guerrero, la cuál está en el museo del Louvre de París. No es de extrañar que pidan a Miguel trabajos tan laboriosos como este, ya que aunque parezca mentira, las esculturas son muy difíciles de representar en tatuaje y hay muy pocos artistas a los que le lleguen a salir tan bien. Es un lujo tener a un artista como Miguel al que le gustan muchísimo estas obras ya que no dejan de ser arte. La perfección de esta obra salta a la vista. Sólo espero algún día llegar casi al nivel de mi gran hermano Miguel, ya que igualarlo es prácticamente imposible. Dani Brazal. 

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