Aunque no tengo la suerte de ser padre, sólo mirando las caras de los que lo son te das cuenta de lo maravilloso que tiene que ser que una persona nazca de ti. La sensación de una experiencia como esta tiene que ser inigualable y de echo el poder formar una familia junto con lo placentero que ha de ser ver a esa persona tan vulnerable que depende de tí hace que por propia naturaleza todos deseemos tener hijos y poder vivir una situación tan maravillosa.
La semana pasada nos visitó Tomás en nuestro estudio para realizarse un retrato de su  bebé. Inmortalizar para toda la vida algo tan personal no es tarea fácil y más teniendo en cuenta la dificultad de realizar las caras de recién nacidos. Pues el resultado no hay más que verlo una definición tan real, que parece que su hija esté descansado en su propio brazo. El resultado otra vez más impresionante. Dani Brazal.

0 comments:

Post a Comment

 
Top