Llegaba el sábado de la convención de Barcelona y la pieza que Miguel tenía que hacer era de dimensiones considerables. Volvía a repetir Giuseppe, un amigo italiano que el año anterior en la misma convención se tatuó un barco por Miguel en la espalda. En esta ocasión se decidió por dos hermosas calaveras con infinidad de texturas para estilizar la parte exterior de su brazo, como podemos ver el resultado obtenido ha sido genial y la calidad del trabajo que Giuseppe se lleva para toda la vida es formidable. Dani Brazal.


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